Por qué sonreír refuerza la defensa - post invitado de Suzanne (Instagram: @SuzanneFreiherz)
Los sentimientos positivos, como la felicidad y el entusiasmo, aumentan la eficacia de nuestro sistema inmunitario. Si, por el contrario, nos preocupamos constantemente y nos perdemos en espirales de pensamientos negativos, obstaculizamos el trabajo de las células inmunitarias. Milagrosamente, el cuerpo y la mente funcionan perfectamente juntos y así podemos lograr grandes cosas con una simple sonrisa.
Grandes cosas en las cosas pequeñas
En realidad, siempre son las cosas pequeñas las que tienen un gran poder e influyen significativamente en nuestras vidas. La unidad más pequeña de la vida, la célula, desempeña un papel importante célula juega un papel importante en nuestro organismo. Su vitalidad es absolutamente vital para nosotros. Del mismo modo, los pequeños impulsos, como una simple sonrisa, tienen un gran efecto. Cuando somos felices, nuestro cerebro libera la hormona dopamina. Esta hormona de la felicidad activa ciertas partes de nuestro sistema inmunológico. Junto con el nivel de dopamina, aumenta el número de fagocitos y anticuerpos en la sangre. Por lo tanto, la felicidad tiene un efecto directo en nuestro sistema inmunitario y favorece nuestra salud. Toda la hermosa mezcla que conforma una actitud positiva, desde el pensamiento orientado a la solución hasta la alegría tranquila y el ataque de risa, estimula nuestra células inmunitarias para trabajar de forma óptima y renovarse regularmente.
En el ciclo de la felicidad
Así que la risa es realmente saludable. Frases como estas son tan fáciles de decir, pero hay una verdadera sabiduría en ellas. Reír para el sistema inmunitario: así de sencillo. Por supuesto, a menudo no tenemos ganas de reír. Pero ahora entra en juego la magia de la sonrisa: una sonrisa es tan poderosa que tiene un efecto positivo en nuestra salud incluso cuando la fingimos. Al levantar las comisuras de la boca, engañamos a nuestro cerebro, por así decirlo. Cree que somos felices y reacciona en consecuencia como si realmente lo fuéramos. Gracias a la liberación de dopamina, sentimos entonces verdadera alegría y alivio. Con una simple elevación mecánica de las comisuras de la boca, se pone en marcha un ciclo de felicidad. Eso es ingenioso. La naturaleza no podría haberlo hecho más fácil para hacer que la alegría y la salud sean accesibles para nosotros.
Fuente de fuerza para las personas y las células inmunitarias
Aprovecha cualquier oportunidad para sonreír. Sonríe hacia el cielo, no importa si el sol o si está sonriendo a una cubierta de nubes. Sonríe a una mariposa que pasa revoloteando y a tu reflejo en el espejo, aunque tu peinado no sea del todo correcto. Sí, el humor también es vital. Sonríe a alguien que pasa por la calle o a la persona que está en la caja del supermercado. Ser apreciado por una persona puede cambiar todo tu día. Imagina lo que sientes cuando tienes otro día en el que nada va bien, no te sientes visto, y entonces alguien te sonríe cariñosamente en la parada del autobús. Esto puede ahorrarte todo el día y, además, se refuerzan ambos sistemas inmunitarios; el tuyo y el de la persona con la que hablas.
Sólo sonríe sin razón
Como ves, hay muchas oportunidades, pero no esperes a que un motivo te anime y te ponga una sonrisa en los labios por sí solo. Tome su estado de ánimo y su salud en sus manos en lugar de depender de las circunstancias externas y permanecer pasivo en una actitud de espera. Sonríe sin motivo, incluso y sobre todo cuando te resulte especialmente difícil. Activa los músculos que suben las comisuras de la boca y mantén esta contracción muscular concentrada y sí, obstinada e inflexible, hasta que tu cerebro libere dopamina. Podemos engañar fácilmente a nuestro cerebro. En cuanto el nivel de dopamina aumenta, sonreír es mucho más fácil, porque esta hormona de la felicidad alegra el estado de ánimo y ayuda a tener una visión nueva y positiva de la situación.
Tienes una poderosa herramienta en el bolsillo o en la cara. Cada sonrisa es un verdadero alimento energético para las células inmunitarias. Además, tu sonrisa puede salvarle el día a alguien. Pero no importa cómo reaccionen los demás, en última instancia estás sonriendo por ti mismo. Sonríes por tus células inmunitarias, por tu salud, por tu estado de ánimo. Aproveche la poderosa dinámica que pone en marcha una sonrisa. Levanta las comisuras de la boca. Sabiendo que la sonrisa activa la alegría, da ligereza y acelera las funciones inmunitarias, seguro que te resulta fácil resistir el tirón de la gravedad y el de muchos días no óptimos hasta que la sonrisa surta efecto.
Suzanne Freiherz
Entrenador mental y de fitness, lingüista, podcaster, fundador de YUNA® y coach de comunicación positiva.
Instagram: @suzannefreiherz