Ocho consejos para desconectar en vacaciones
Sucede más rápido de lo que crees: después de unos meses estresantes en la vida cotidiana, por fin te vas de vacaciones bien merecidas para tomarte un descanso. Pero en cuanto llegas, tus pensamientos dan vueltas, te inquietas y sólo te concentras en las tareas pendientes que te esperan en casa. Al final, queda poco de las vacaciones, porque en cuanto te relajas por fin, tienes que volver a casa.
No es fácil desconectar en vacaciones. Por eso, hoy hemos reunido para ti algunos consejos y trucos sobre cómo darte a ti mismo y a tus células el merecido tiempo de descanso necesario para aprovechar todo el potencial de la relajación. Las buenas vacaciones no sólo aumentan el factor de bienestar, sino que las células cerebrales del hipocampo (una zona del cerebro especialmente importante para el funcionamiento de la memoria) también vuelven a crecer cuando nos permitimos un descanso del estrés cotidiano.
Porque cuando damos a nuestras células grises un respiro de nuestras hormonas del estrés, pueden recuperarse y reenergizarse. Como un pequeño extra, también envían hormonas de la felicidad adicionales. ¿Qué significa? Cuando nos tomamos unas vacaciones, nuestro cerebro también se toma unas vacaciones. Y así es como funciona:
1. empezar en la vida cotidiana
Es más fácil decirlo que hacerlo, pero el primer paso para lograr más equilibrio en las vacaciones no es empezar cuando se llega, sino ya en casa. Porque si nuestro día a día ya es tan estresante que tenemos que irnos a descansar, probablemente el problema sea nuestra rutina en casa. Por lo tanto, es aconsejable empezar a relajarse no sólo en vacaciones, sino ya en nuestra vida cotidiana. ¿Cuántas cosas te agobian cada día que te causan un estrés y una tensión permanentes? ¿A veces te sorprendes a ti mismo yendo de una actividad a otra sin un descanso y un tiempo para ti?
Si en su vida cotidiana ya corre a toda velocidad, probablemente no le sorprenda que su cabeza siga trabajando al mismo ritmo en cuanto se aleja. Por eso, nuestro consejo: ¡intenta integrar elementos relajantes en tu vida diaria y cuídate! Tómate tiempo para ti, no intentes hacerlo todo a la vez y di "no" de vez en cuando. Sin duda, el mundo no se acabará y notarás rápidamente la diferencia.
2. dejar el teléfono móvil
Se trata de un clásico muy escuchado, pero no por ello es menos cierto: El teléfono inteligente es nuestro compañero constante, que nos recuerda las 24 horas del día todas las cosas que quedan por hacer. Mensajes sin contestar, correos electrónicos, tareas, personas a las que debemos llamar y no olvidar: A través de varios canales de medios sociales, un recordatorio constante de que otras personas supuestamente están haciendo más que nosotros. Por eso es aún más difícil distanciarse mentalmente de la vida cotidiana cuando la tenemos siempre delante. Por eso le aconsejamos que deje su teléfono móvil apagado, que no revise sus mensajes o que lo deje en la habitación del hotel. Te sorprenderá lo mucho que se reduce la presión cuando no te enfrentas a las tareas pendientes, sino que disfrutas del lugar en el que te encuentras.
3. tomar días antes y después de las vacaciones
Por otro lado, un consejo quizás más inusual es este: Tómate días libres antes y después de las vacaciones. ¿Qué queremos decir con eso? Si es posible, reserve un día más antes de salir y después de llegar, para poder preparar sus vacaciones con tranquilidad, o para poder llegar a casa. De este modo, podrá hacer la maleta y deshacerla sin estrés, hacer las compras u otras pequeñas cosas y no tendrá que hacer el cambio de la vida cotidiana a las vacaciones, sino que podrá hacerlo de forma relajada en casa.
4. no te estreses
Una vez que se ha llegado, es fácil caer en esta trampa: Una vez que se está de vacaciones y se tiene la oportunidad, se intenta hacer, acomodar y experimentar todo lo posible. Crees que estás "poniéndote al día" o "aprovechando el tiempo", pero a menudo acabas incluso más estresado después que antes. Por ejemplo, sucede rápidamente que se entra en el estrés del tiempo libre y todas las cosas que se esperaban con placer se convierten de repente en una tarea más. Suele quedar menos disfrute y relajación. Por eso te recomendamos que te tomes con calma las actividades divertidas. Así tendrá más oportunidad de disfrutarlas y saborearlas, ¡y para eso deben estar!
5. dormir según su propio biorritmo
En la vida cotidiana, rara vez nos es posible dormir cuando queremos. La mayoría de nosotros estamos sujetos a una norma externa en lo que respecta a nuestro ritmo de sueño: nos levantamos antes de lo que quisiéramos y a menudo nos acostamos más tarde de lo que deberíamos debido al estrés del tiempo libre. Esta rutina suele llevar a privación crónica del sueño. Pero, ¿sabías que cada uno de nosotros tiene un biorritmo único según el cual nuestro cuerpo necesita dormir?
Algunos somos búhos nocturnos y otros matutinos. Ambas son correctas y se pueden disfrutar especialmente en vacaciones. Porque cuando dormimos según nuestro ritmo, nuestras células cerebrales se regeneran de forma óptima y nuestra memoria se fortalece. Mientras dormimos, el hipocampo transfiere las impresiones recogidas durante el día a nuestro cerebro, donde se almacenan en la memoria a largo plazo.
6. escucha tu instinto
¿Llevas semanas esperando una atracción en tu destino de vacaciones, pero cuando llegas de repente no te apetece? ¡Eso está muy bien! No te obligues a realizar actividades sólo porque te lo has propuesto. Son tus vacaciones, así que planifícalas de la forma que más te relaje. ¿Quiere salir de fiesta toda la noche o visitar atracciones? ¡Hazlo! ¿Prefiere relajarse en su habitación con aire acondicionado o pasar todo el día en la playa? ¡Los dos suenan muy bien! Recuerda que sólo tú puedes decidir qué es lo mejor para ti en ese momento. 7.
7. ser paciente con uno mismo
¿Te ha pasado alguna vez que te has hecho sentir culpable porque no podías dejar de pensar en el trabajo, la universidad, etc.? Es muy fácil intentar relajarse y, de repente, enfadarse con uno mismo cuando las cosas no salen bien. ¿Qué ocurre? Te sientes aún más estresado que antes. Desgraciadamente, no sirve de nada obligarse a relajarse. Así que no te preocupes si a veces no funciona, o si tu cabeza vuelve a estar estresada. Eso también es parte de ello. Irónicamente, en este caso, lo más eficaz que puedes hacer es simplemente aceptar el estrés en lugar de reprimirlo. Sin embargo, también sabemos que no es tan fácil hacerlo. Una gran ayuda para una mayor atención y aceptación es, por ejemplo, la siguiente Meditación¡! ¡Pruébalo!
8. atención plena
La atención plena es la herramienta más importante de la meditación. ¡Y puedes usarlo sin tener que meditar durante horas! Tómese su tiempo, siéntese en la playa, en el balcón, en un café o donde se sienta cómodo y sea consciente de su entorno. Simplemente observa lo que ocurre a tu alrededor: La gente que pasa, los sonidos, los olores, la sensación del sol en la piel... sin pensar activamente en ello. Te sorprenderá la paz y la relajación que puede aportar este sencillo ejercicio. También se sorprenderá de lo difícil que es esta tarea que parece fácil. Nuestros pensamientos son a menudo más fuertes de lo que creemos.
Conclusión
¿Nuestra conclusión para unas vacaciones relajantes? En resumen: escucha tus necesidades, tómate tu tiempo y no seas duro contigo mismo. Las actividades de ocio pueden convertirse en una carga tan rápidamente como las actividades obligatorias.
Con más relajación y tiempo de descanso en la vida cotidiana, un poco de distancia de los quehaceres diarios y unas vacaciones a la medida de sus deseos, pronto no habrá nada que se interponga en su camino de relajación. Y si pruebas nuestros consejos, o incluso conoces otros mejores: ¡cuéntanoslos!