Cinco consejos para prevenir la demencia

Cinco consejos para prevenir la demencia

Ciencia, TLL LongevityLabs

El riesgo de desarrollar una forma de demencia aumenta con la edad. Los síntomas suelen desarrollarse gradualmente y pasan desapercibidos durante mucho tiempo hasta que se hace un diagnóstico oficial. Por desgracia, todavía no existe una cura completa para la mayoría de las demencias, pero lo que sí podemos hacer es reducir el riesgo de contraer la enfermedad. En este artículo encontrarás los mejores consejos que puedes integrar en tu vida diaria para fortalecer tu cerebro y prevenir la enfermedad.

Tenemos aquí qué causa la demencia y qué ocurre en nuestro cerebro cuando la padecemos. Dado que el estilo de vida desempeña un papel importante en la prevención de la demencia, hoy hemos reunido algunos consejos para reducir el riesgo de desarrollarla:

1. dieta saludable

Como en tantas otras enfermedades, la dieta desempeña un papel importante en la demencia. Una dieta equilibrada está estrechamente relacionada con el rendimiento mental, especialmente si puede prevenir otras enfermedades de riesgo como la hipertensión y la diabetes. Por ello, hay que prestar atención sobre todo a una dieta sana y equilibrada: las verduras, la fruta, los productos integrales y el pescado son, por supuesto, mucho más beneficiosos que los alimentos precocinados, el exceso de azúcar o los productos con alto contenido en grasas. Los ácidos grasos insaturados disminuyen el colesterol en la sangre, lo que también reduce el riesgo. Aquí se hace hincapié de nuevo en un equilibrio saludable: ¡no es necesario renunciar a todas las formas de azúcar y grasa para mantener una dieta fundamentalmente saludable! Para obtener consejos más detallados sobre los "alimentos para la memoria", puede encontrar más información aquí.

2. hacer suficiente ejercicio

La actividad física también desempeña un papel importante en la prevención de la demencia. Porque, aparte de los beneficios para los factores de riesgo de la demencia, como la hipertensión, el colesterol y la obesidad, el ejercicio también tiene efectos sobre la estructura de nuestro cerebro. Esto se debe a que el aumento de la liberación de hormonas de crecimiento estimula la creación de redes y la formación de células nerviosas.

3. evitar el tabaco y el consumo de alcohol

Este punto no le sorprenderá, pero: ¡fumar no sólo daña los pulmones, sino también el cerebro! Dado que el tabaquismo constriñe los vasos sanguíneos a largo plazo, el suministro de oxígeno a las células cerebrales se reduce y, por lo tanto, las células nerviosas quedan desabastecidas y dañadas.

El consumo excesivo de alcohol, en cambio, daña el cerebro de forma indirecta. Esto se debe a que un hígado dañado ya no puede eliminar adecuadamente las toxinas de nuestra sangre. La acumulación de estas toxinas en nuestro organismo puede provocar daños en las células nerviosas.

4. contactos sociales

Ya sea con desconocidos, amigos o familiares, la interacción con otras personas refuerza enormemente nuestras conexiones cognitivas. Las actividades sociales son como un entrenamiento no extenuante para nuestro cerebro, que ejercita las habilidades lingüísticas, la memoria y nuestro centro emocional, manteniéndolo activo. Las neuronas que utilizamos con frecuencia permanecen más tiempo con nosotros porque las conexiones entre las células se refuerzan regularmente. Se ha confirmado que la soledad suele acelerar la progresión de la demencia, ya que se transmite menos información entre las células nerviosas y se pierden más rápidamente. Estas actividades no tienen por qué ser complicadas: ya sea una charla rápida con los vecinos, una visita a un museo o incluso llamadas telefónicas periódicas, como seres humanos somos muy dependientes de nuestro entorno social, y no sólo por nuestra salud mental.

5. entrenamiento cerebral

Por último, pero no menos importante: Cualquier tipo de actividad mental, ya sea en forma de puzles, rompecabezas, música, libros o juegos de mesa, fortalece nuestras sinapsis y mantiene activas nuestras células cerebrales. De nuevo, incluso los pequeños retos pueden tener un gran efecto en nuestro cerebro: Pruebe a bajar las escaleras al revés o a cepillarse los dientes con la mano no dominante: ¡incluso esto ya activará y fortalecerá sus neuronas!

Nuestra conclusión:

Desgraciadamente, no podemos elegir si desarrollaremos o no una forma de demencia. Sin embargo, si llevamos un estilo de vida saludable en general, podemos intentar minimizar el riesgo y prevenir varias enfermedades en la medida de lo posible, fortaleciendo nuestras células cerebrales y cuidando nuestra salud.

Si usted o alguien cercano a usted está mostrando signos de demencia o ya ha sido diagnosticado, no tiene que pasar por este difícil momento solo. Pedir ayuda, hablar o ser educado a menudo puede aliviar gran parte de la carga. Puede encontrar algunos puntos de contacto e información aquí:

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