¿Cómo aprendemos mejor? Tipos de aprendizaje y sus antecedentes
Cuando pensamos en las palabras "aprendizaje" o "tipo de aprendizaje", solemos pensar en la escuela o en un aprendizaje en el que pasamos tediosas tardes sobre libros y materiales de estudio. Sin embargo, ¡aprendemos todos los días sin darnos cuenta! Ya sea que estemos escuchando una historia, leyendo un libro o reuniéndonos con un amigo, nuestras células grises captan cada pieza de información y la almacenan (dependiendo de la concentración y la importancia). Pero el aprendizaje no siempre funciona de la misma manera (o con la misma eficacia). ¿Alguna vez ha tenido la sensación de que puede recordar algunos contenidos mucho mejor que otros? ¿Alguna vez has asistido a una presentación y después has podido recordar los gráficos, pero no lo que se dijo? Quizá tenga que ver con tu estilo de aprendizaje.
Para entender mejor cómo aprendemos y por qué nuestras células cerebrales almacenan mejor algunas impresiones, muchos científicos ya se han ocupado de este tema. Uno de los aspectos que se suele mencionar en este contexto es el de los tipos de aprendizaje.
¿Qué son los tipos de aprendizaje?
Tal vez recuerdes tus días de escuela cuando tenías que averiguar a qué "tipo de aprendizaje" perteneces. Se basan en un sistema que trata de identificar las diferentes formas en que cada persona asimila la información y almacena los conocimientos en categorías. El más conocido por su división de los tipos de aprendizaje es Frederic Vester. Vester fue un bioquímico y profesor universitario alemán que estudió a fondo la psicología que subyace a las diferentes estrategias de aprendizaje. ¿Sus conclusiones? A grandes rasgos, nombró cuatro tipos de aprendizaje en los que cada persona puede clasificarse más o menos. Esta clasificación se basa principalmente en la suposición de que las personas pueden almacenar los conocimientos de forma diferente en función de cómo se les presenten. Especialmente en el curso de la escolarización, se sigue construyendo mucho sobre la teoría de los tipos de aprendizaje, aunque ahora ya hay algunos expertos que han planteado críticas a esta categorización. Pero ya llegaremos a eso. Por ahora, nos gustaría empezar con la introducción de los tipos de aprendizaje.
El tipo de aprendizaje visual
Las personas que pertenecen al tipo de aprendizaje visual recuerdan mejor los contenidos en forma de -ya puede adivinar- representaciones visuales. Esto significa que los contenidos especialmente pictóricos, como los mapas mentales, los gráficos, las marcas de colores o las formas distintivas, se almacenan más fácilmente y, por tanto, ofrecen un proceso de aprendizaje más rápido para las células cerebrales.
El tipo de aprendizaje auditivo
Las personas que pertenecen a la categoría de aprendizaje auditivo prefieren adquirir conocimientos que escuchan. Ya sea mediante audiolibros, conversaciones, grabaciones de voz u otras ayudas auditivas. Desgraciadamente, también puede acarrear problemas si se encuentra en un entorno ruidoso y, por tanto, se distrae más fácilmente. Dado que no existe una versión auditiva para todos los contenidos, a menudo también se recomienda simplemente leer los textos en voz alta para uno mismo, o grabarlos.
El alumno háptico
El alumno de tipo háptico entra más en la categoría del tacto. Las personas que pertenecen a este grupo aprenden mejor probando las cosas, experimentando, modelando o simplemente sintiendo los procesos recreándolos. Por supuesto, esto se aplica principalmente a las asignaturas prácticas; los contenidos teóricos suelen ser difíciles de recrear o incluso de tocar.
El tipo de aprendizaje intelectual
Si perteneces al tipo de alumno intelectual, es más probable que recuerdes las cosas que cuestionas, piensas o discutes de forma crítica. Por eso, a este tipo de alumno se le suele llamar alumno abstracto-verbal, porque se trata de memorizar información mientras se discute. Y abstracto es una muy buena descripción para este tipo de alumno - porque Vester ha sido criticado por nombrar a este tipo en particular. Porque la adquisición de conocimientos (de cualquier manera) siempre se basa en algún tipo de comprensión y procesamiento cognitivo, lo que a su vez significa que todo tipo de aprendizaje puede asignarse al tipo intelectual de una manera u otra.
Crítica a propósito de los tipos de aprendizaje
Como ya se ha anunciado, Vester ha cosechado muchas críticas a lo largo de los años por la enumeración de sus tipos de aprendizaje. Uno de los puntos más mencionados aquí es el que ya hemos tratado anteriormente: Mientras que los tres primeros tipos de aprendizaje sólo se ocupan de la percepción de la información y de cómo la procesan nuestras células cerebrales, el tipo de aprendizaje intelectual se refiere exclusivamente a cómo se procesa esta información y se sigue procesando en nuestro cerebro. Esto hace que los tipos de aprendizaje no sólo sean muy pobres, sino casi imposibles de comparar. Esto se debe a que la percepción a nivel visual, háptico o incluso auditivo siempre precede a la comprensión a nivel intelectual y ocurre un paso antes, por así decirlo.
Otra de las principales críticas a la teoría de Vester es que, normalmente, nadie puede situarse exclusivamente en una categoría. Muchos estudiosos ya han argumentado que la información es mejor absorbida por nosotros cuando los diferentes canales de percepción se utilizan conjuntamente. Así que, en resumen, si tomamos el contenido de múltiples maneras, nuestro cerebro tiene más pistas para elegir el contenido importante y procesarlo de múltiples maneras. Sin embargo, es importante recordar que cada uno de nosotros tiene diferentes preferencias. Es decir, puede ser más cómodo para nuestros cerebros ver, oír y sentir la información de múltiples maneras, pero eso no impide que siga habiendo un proceso perceptivo preferido que funcione mejor para nosotros.
Partiendo de toda esta información básica y crítica, a lo largo de los años se han establecido también muchas otras teorías y técnicas de aprendizaje que combinan diferentes áreas del mismo. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, tipos de aprendizaje como el tipo comunicativo, el tipo experiencial o incluso combinaciones de diferentes personalidades de aprendizaje anteriores.
Conclusión
Aunque la teoría clásica de los tipos de aprendizaje según Vester quizá no deba aplicarse sin más sin ser cuestionada, ha constituido una base importante para comprender mejor los procesos de pensamiento y aprendizaje. Nuestras células grises procesan cada información a su manera y están formadas por una compleja interacción de señales. Una combinación de diferentes impresiones es, en última instancia, la forma más segura de que recordemos el contenido. Pero eso no significa que no podamos seguir prefiriendo un camino u otro. Comprender mejor el funcionamiento de nuestro cerebro puede ser de gran ayuda en la vida cotidiana. ¿Sabes cómo aprendes mejor? Díganoslo.